Ir al contenido principal

¿SERÁ ESTA LA NUEVA VERSIÓN DEL DECRETO DE GUERRA A MUERTE?

¿Será esta la nueva version de aquel "Decreto de Guerra a Muerte"?

VENEZOLANOS IMPUROS: PROHIBIDO OBSERVAR, ANALIZAR Y, MUCHO MENOS, DISENTIR
Imagen tomada de Google imágenes y editada por mí

La noche anda extraña… Ni siquiera el ladrido de los perros es igual. Hay una tensa quietud que se respira hasta en el silencioso vaivén de los árboles.

Las horas han pasado sigilosamente, ni siquiera se han hecho notar en la habitación donde escribo. Miro a mi alrededor y todo parece en orden; igual en la calle; todo parece tranquilo ahora. Pero el precio de esta tranquilidad ha sido muy alto, hemos perdido, al menos, unas 35 personas. Es difícil  comprender por qué para el ser humano es tan importante pisotear al otro y pasar por encima de sus más elementales derechos para sentir su propio poder.
El terror a sentir que se está equivocado es escalofriante…
Se pasa por encima de lo que sea, y la razón se disuelve en una especie de triunfalismo surrealista…
Me envuelve el escalofrío de la pesadilla en la que se ha convertido esta tierra, donde la miseria y la ignorancia se pretenden asordinar con el grito de revolución que, efectivamente, ha revuelto la vida de la gente, siguiendo al Diccionario de la Real Academia de la lengua española, el cual define REVOLUCIÓN como acción y efecto de revolver.
Esta no ha sido sino una infame revuelta;  una bufonada tristemente representada; en medio de la cual se pisotea la dignidad, la inteligencia y, peor aún, la conciencia de los más débiles, los más sometidos, todos aquellos que han sido vilmente utilizados y que, ni siquiera se les permite ver esa verdad. HAN SIDO ENGAÑADOS, traicionados, de la manera más funesta.
De aquel bravo pueblo que saltó de entre los descamisados queda solo la mirada ciega, creyendo que, de veras, ese corazón tricolor es real y late por ellos; cuando la verdad es otra. No hay corazón, se lo sacaron del pecho a la gente; le robaron los siete sueños de patria y la única estrella que quedó está signada por la muerte. El voudú, venido de más allá de las costas,  les robó el alma. Ahora ya no hay bravo, sino dormido pueblo. Ese que se conforma con una canción de cuna, una limosna y un ídolo de papel lustrillo.
Me pregunto: ¿Qué se ha hecho mi pueblo? ¿Qué más  ruido habrá que hacer para que despierte ya? Que alguien nos diga cómo combatir este sueño zombi. Mientras los más chicos lloran, gritan y reclaman, los otros, los que se han disfrazado de titanes, intentan ocultar su miedo entre el ensordecedor sonido de las balas y las bombas lacrimógenas.
LÁGRIMAS que se secan antes de llegar al suelo y que solo han servido para opacar aún más la mirada. El suelo se ha dividido en dos. Parecemos res en canal, dos pedazos desgarrándose pero que, al fin y al cabo, son de la misma cepa y, tarde o temprano, habrán de reunirse. A menos que las enseñanzas hitlerianas sobre las razas puras sean las que estén reinando en las cabezas de nuestros Neoseñores Feudales… ¿Será que, como diría Hitler, ya no somos puros, por el simple hecho de mirar un centímetro más allá de nuestras narices? ¿Será que por no ser arios condenarán al exterminio a todo aquel que no tenga la piel roja rojita?

Comentarios

Entradas más populares de este blog

ESCRIBIR

E scribir es mucho más que juntar sonidos petrificados, mucho más que adornar significados enmohecidos, sentidos sinsentido de tanto amoldarse a un sentido globalizable. Escribir es como vivir en la latencia de una página cualquiera, una pantalla que, al final, se reduce a miles y miles de puntos, sin más tiempo que el de la necesidad de la palabra abrumadora, agolpada en tantas sinapsis como posibilidades haya en el universo del ser. Sí, el verbo ser como la clave para hacer un universo de tintapapel o de energía luminosa, que con su estela va dibujando cada uno de mis sonidos. Es el acto de escupir y esculpir razones y sensaciones que mueren en el mismo instante. Se quedan en la millonésima fracción de segundo en que se producen. Es la idea de vida más corta que he experimentado y, sin embargo, la única manera de hacerlas perennes, una especie de muerte para no morir. ¿La clave de la tan ansiada resurrección?, no lo sé. Es posible que en la escritura se redima el pecado de nombrar...

Una Declaración Jurada de Bienes

Hace ya varios años, trabajé como periodista en una oficina pública. Así, pasé a engrosar las filas de toda una clase social: la burocracia, una especie de casta, en la que algunos se enriquecen -dado el alto índice de corrupción, imperante allí como forma de sobrevivencia- y en la que muchos otros son humillados, sometidos y ofendidos. Allí dentro opera, al menos mientras pertenecí a ella, cierta forma de cacería entre los más vivos (léase corruptos) y los más tontos (léase aquellos que creen en la gente, en la buena fe y en la vocación de servicio). Aunque muchos no me crean, en Venezuela aún hay funcionarios públicos "tontos". Yo fui una, por eso lo creo. Aún cuando trabajaba como periodista, en una oficina donde no se manejaba dinero, al menos yo no, se me impuso como requisito presentar una Declaración Jurada de Bienes, con el fin de garantizar que no me robaría nada. No obstante, a mi lado, veía, todos los días corrupción tras corrupción, millones de bolívares (por no a...