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Iamgen tomada de Google imágenes |
Dicen que "las balas no matan ideas"... Ciertamente; pero, ¿qué sucede con el poder?... Camila Vallejo, exdirigente estudiantil, es ahora parte del Parlamento chileno, el cual ha guardado un silencio, con sabor a complicidad, respecto del régimen que hoy impera en Venezuela. Y es por esto que Ivork Cordido, docente de La Universidad del Zulia, le ha enviado la misiva que publico seguidamente; pues ni él ni yo entendemos por qué esta chica tan combativa en su época estudiantil, se une a ese parlamento silenciado... ¿Se le habrá olvidado que los nombres a veces son solo remedos?, o peor aún, ¿se habrá olvidado de que no todo lo que brilla es oro y, por ende, no todo lo que se etiqueta "socialista" lo es?
Maracaibo, 26 de marzo de 2014
Maracaibo, 26 de marzo de 2014
Diputada
Camila Vallejo
Miembro de la
Cámara de Diputados
De la República
de Chile
Por eso al
referirme a esta agonía,
aléjome de mi
gritando fuerte:
¡Abajo mi
cadáver!
Y...sollozo.
César Vallejo
Así terminaba
el ensayo, con estas palabras de César Vallejo, una de mis alumnas de la
Escuela de Letras de la Universidad del Zulia.... Ayer la ví nuevamente, estaba
quieta, inmóvil en su saya tricolor con estrellas en la franja azul de mi
bandera. Esa bandera de mi país, de mi pueblo que recibió a los chilenos
exiliados que huyeron espantados ante el horror del General Augusto Pinochet;
que les brindamos la posibilidad de reintegrarse a sus vidas sin el horror de
la tortura y la muerte segura.
Nos han
asesinado más veinte estudiantes y repasando las noticias internacionales leí
su rabia cuando denunciaba la represión de la derecha que Piñera representa,
decía usted: “Hay 20 estudiantes detenidos por la protesta y muchas víctimas de
los gases lacrimógenos”
En Caracas años
antes se producían protestas estudiantiles por el cierre de estaciones privadas
de televisión, el entonces presidente Chávez (hoy extinto) decía: “He ordenado
a la fuerza armada que les echen gases a esos estudiantes alzados, a esos
pequeño burgueses... que les tiren gas del bueno” era al igual que Augusto
Pinochet un oficial que juró fidelidad a un sistema, que luego irrumpió en
armas contrariando su juramento, y
causando la muerte de 187 venezolanos en un solo día. Entonces me
hubiera gustado oírla con sus ojos azules rechazar tal comportamiento de un
“revolucionario”, pero eso no era con usted. Eso no era con usted porque, para
entonces, ha debido ser una niña y seguramente no comprendía frases como “Solidaridad, libre determinación de los
pueblos, etc.” las cuales para mi dicha quedaron grabadas a mis 12 años
como aspirante a pionero de la Juventud Comunista de Venezuela en 1957, en
plena dictadura de otro militar: Marcos Pérez Jiménez.
Hoy en mi país lo gobiernan los militares y,
aparentemente, lo preside un civil: Nicolás Maduro, el cual después de los
primeros doce muertos bailó una salsa cubana en un acto público, demostrando de
esta manera que poco le importan estos bravos jóvenes y valerosos estudiantes
de mi país caribeño. Han asesinado con disparos de perdigones en la cara a
mujeres deportistas y estudiantes, han lanzado bombas lacrimógenas (por cierto
made in Brazil y vencidas desde el 2012) dentro de las casas de los pobres (en
mi ciudad en las Torres del Saladillo y en otras ciudades del país también), han
asesinado a personas a culatazos, han desfigurado a mujeres con golpes de
cascos de la Guardia Nacional. Han importado tropas de otros países (Las
Avispas Negras Cubanas, así las llaman aquí) han violado el Estatuto de Roma al
armar a grupos de civiles con licencia para asesinar, han asesinado también a
Guardias Nacionales (uno de ellos inculpado por el asesinato de una dirigente
del partido Acción Democrática, con un tiro en la espalda en el 2008 al cual le
rindieron honores militares póstumos), para el momento de escribirle esta
misiva hay 33 venezolanos muertos por esta situación. Pero eso no es con usted,
los espacios geográficos que median entre nuestros países son muy grandes, pero
no así las nociones éticas y humanas.
Pero claro eso
no es con usted que apoya a los que mandan (que no gobiernan) en mi país. No
tema que solicitaré ni una respuesta ni un gesto de solidaridad. Aprendí en mi
militancia en la Juventud y luego en el Partido Comunista de Venezuela que
disentir de los mandatos del Comité Central o del Buró Político era exponerse a
sanciones. Otra cosa que aprendí en mis 71 años es que la diferencia humana
entre Hitler, Stalin y Maduro es el tamaño del bigote, y en el caso de Chávez y
Mussolini la ausencia del mismo.
Quiero terminar
este texto recordando a Pablo Neruda, al referirse a Rómulo Betancourt:
Se
arrellanó en Miraflores
se
sentó en las esperanzas de Venezuela
como
un fardo espeso.
Este
señor es ancho y cuadrado por fuera
y
es opaco por dentro, como un queso....
Aprendió
a obedecer sus órdenes;
en
todo fue muy cumplido y nada
circunspecto:
ojos
y oídos hacia otros
y
hacia Venezuela, sordo y ciego.
Y,
así se convirtió en un triste
Caín
de nuestros tiempos.
En
Venezuela floreció una sublevación
de
niños tiernos.
Aquellos
estudiantes insumisos se atrincheraron
en
sus conocimientos.
El
guerrero, mandó de prisa sus policías,
sus
regimientos, sus tanques, sus aviones, sus fusiles
y
ametralló a aquellos pobres indefensos,
y
ante las aulas enlutadas y entre pupitres y cuadernos,
este
demócrata
dejó
docenas de pequeños muertos.
Venezuela
otra vez ensangrentada:
¡Herodes
guardó silencio!
Como ve Diputada las diferencias entre
aquellos gobernantes de la democracia burguesa y la llamada revolución
bolivariana es también el bigote. Pero nuestros estudiantes, los cuales parecen
no importarle (usted dio un salto social cualitativo al graduarse de Geógrafa
en una Universidad de la burguesía). Sin embargo nuestros estudiantes al igual
que Manuel Rodríguez Erdoiza (siempre recuerdo a Violeta Parra con sus galgos
furiosos) inician una serie de actividades de protesta que inquietaran a los
gobernantes, que los ponen en ridículo y levantan la moral protestataria.
Queda de usted,
Ivork Cordido
Demartini
Profesor
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