Alguien me ha tildado de radical, pero sé que no lo soy. Tal vez lo fui, pero la radicalización solo responde a las pasiones de los 20 años y ya sumé 36 más; así que ese tiempo ya pasó. Son las 12, es plena madrugada y todo está en calma, pero debo reconocer que es muy tensa. Las noticias en las redes no son nada alentadoras; la crisis se agudiza, el desabastecimiento de alimentos mantiene a la población en ascuas. Hoy se hace cola para la harina de maíz y el detergente; mañana, tal vez se consiga lavaplatos, margarina y, si hay suerte posiblemente aparezca la leche, por la que ya ha habido hasta muertos en los supermercados. Hay momentos en los que las redes parecen un toque de corneta anunciando la batalla. Desde mi ventana, es poco lo que puedo ver, pero el barrio está tranquilo. Mis vecinos duermen, solo unas cuantas motocicletas comienzan a transitar; entran y salen del barrio. Hay cierto movimiento, pero no sé de qué se trata. Lo que se comenta es que muchos de esos motoriz...
Se suponía que este blog era sobre literatura. Se nutría de ficción, del realismo mágico de Carpentier. Hoy, ese realismo mágico se me escapa de las páginas de los libros. Y lo encuentro en las calles de mi país, duramente golpeado. Por eso lo convertí en mi espacio de reflexión. Simplemente reflexiono acerca de lo que veo, lo que vivo; además, lo complemento con lo que mis amigos me envían a través de las rede sociales. Mi agradecimiento a todos ellos